El objetivo de la IOM es reducir el riesgo de lesión neurológica y facilitar la
toma de decisiones durante el acto quirúrgico. Ello se consigue usando potenciales evocados somatosensoriales y motores así como electromiografía continua y estimulada durante el acto quirúrgico.
Esta capacidad de detección precoz de lesión de los potenciales evocados se basa en que el desarrollo de un daño neurológico permanente está precedido de cambios significativos en la actividad eléctrica.
El déficit sensitivo se produce fundamentalmente por compresión o contusión
sobre los cordones posteriores, mientras que los déficit motores tienen lugar por lesiones isquémicas de la médula espinal.
En general, cualquier cirugía que implique posible lesión neurológica secundaria, ya sea de origen central como periférica. Estas lesiones no siempre son debidas a acción directa de la propia técnica quirúrgica sino que pueden también ser secundarias a la colocación del paciente durante la intervención, alteraciones vasculares y/o del flujo sanguíneo medular, así como de la temperatura corporal.